Por la blanda arena que lame el mar
su pequeña huella no vuelve más.
Un sendero solo de pena y silencio
llegó hasta el agua profunda.
Un sendero solo de penas mudas
llegó hasta las espumas.
Sabe Dios que angustia te acompaño
que dolores viejos calló tu voz
para recostarte arruyada en el canto
de las caracolas marinas la canción
que canta en el fondo oscuro del mar
la caracola.
Te vas Alfonsina con tu soledad
¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Y una voz antigua de viento y de mar
te requiebra el alma y la está llamando
y te vas, hacia allá como en sueños,
dormida Alfonsina, vestida de mar.
Cinco sirenitas te llevarán
por caminos de algas y de coral
Tus fosforescentes caballos marinos
harán una ronda a tu lado,
y los habitantes del agua
van a jugar pronto a tu lado.
Bájame la lámpara un poco más
dejame que duerma nodriza en paz.
Y si llama él no le digas que estoy
dile que Alfonsina no vuelve.
Y si llama él no le digas nunca
que estoy dile que me he ido.
Letra: Félix Luna
Carta de Orestes dirigida a su padre.
Hace 15 años
1 comentario:
Qué bien Mayra, dos entradas...
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